Grupo

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domingo, 24 de agosto de 2008

Capítulo 4: Reflejando el Color del Tiempo

Llega el año 1970 y una frase ambiciosa escrita mucho antes que los González hubieran nacido parece estar muy a propósito de sus ideas musicales innatas: “Reflejar el Color del Tiempo”. Ellos tocaban Rock, pero tenían también la idea de ganar un lugar entre los nuevos artistas que tomaban una posición para manifestar la naturaleza exterior e interior del hombre; más que con palabras, con la melodía. Instintivamente, para ellos la música tenía el valor de un Manifiesto.



En el año 1971 graban y publican su primer larga duración bajo el sello Emi Odeon, llamado "El Congreso", con el que ganaron un premio en el Festival de la Nueva Canción Chilena en el Teatro Municipal de Santiago.

Pato: Fue una iniciativa personal del entonces director artístico del sello EMI Odeón, Jorge Oñate. Le mostramos nuestra musicalización de un poema de Neruda, Maestranzas de Noche, nuestra primera canción semi-propia, y le entusiasmó mucho.



Pato: Después de esto la historia se lentifica, o mejor dicho, la procesión sigue por dentro. La mayoría decide tomar más en serio la música y entran a estudiar al Instituto de música y entran a estudiar al Instituto de música de la Universidad Católica. Por lo mismo, la actividad externa es poca. La creación no es algo que salga así no más y nosotros consideramos una falta de respeto para con el público hacer un recital después de largo tiempo y mostrar lo mismo, por eso preferíamos el disco, porque iba exigiéndonos crear y marcaba nuevas épocas.

Los hermanos González resolvieron entonces ingresar a estudiar en el Instituto de Música de la Universidad Católica, lo cual entrampó su trabajo grupal, aunque sin interrumpir sus presentaciones en vivo.



¿Ustedes denunciaban aquello que no se decía, en las relaciones sociales?

Pancho: Yo creo que siempre hemos estado en esa. En los años 71-72 hicimos unos recitales memorables, donde los que nos subíamos a tocar, inventábamos la letra y todo el cahuín era absolutamente experimental.


Luego de su disco Mestranzas de Noche, el grupo Congreso efectúa presentaciones personales, graba algunas colecciones y enfatiza su estudio. Junto con Los Jaivas y Los Blops son señalados como líderes de un movimiento musical ligado a las tendencias juveniles imperantes en ese tiempo. Con el paso de los años, se comprobará que Congreso buscaba otros caminos. Encontrar semejanzas entre Congreso y Los Jaivas no es tarea difícil: ambos nacen en la quinta región, en la misma fecha ambos con elementos folklórico-indigenas y rock y, lo que resulta más sorprendente, ambos comienzan con la historia de tres hermanos que hacen música desde pequeños…



Se edita su segundo disco Single: Rompe tu Espada, Vive la Vida (EMI Odeon), tema de corte pacifista, y Vamos Andando mi Amigo, con un mensaje de trabajo con contenidos sociales y un fuerte apoyo a las reivindicaciones de los campesinos.



Posteriormente, editan un tercer disco single: ¿Cómo Vas? / Nuestro es el Momento (EMI ODEON).



Hugo Pirovich se emociona de forma contagiosa cuando trata de recordar los inicios del grupo. Su trabajo en el grupo comenzó como artista invitado para grabar el primer single: “¿Como vas?” y el LP El Congreso en el año 1971 y bajo la supervisión del sello EMI-ODEÓN.

Hugo: Es bonito recordar los inicios y no olvidarlos. En aquel inicio me desempeñaba en mi función natural: la Flauta traversa, Flauta dulce y melódica. Posteriormente aportaba con mi voz y otros instrumentos cuando era necesario.

Hugo llega de forma casual al grupo, cuando su amigo Fernando González, una especie de jefe inicial, lo invita a participar. El proyecto (grupo) era bueno y decidieron continuar.

Hugo: sin duda mi experiencia más importante con el grupo son los inicios, sin tratar de desmerecer la exitosa carrera con el grupo. Sin embargo, el inicio fue lo más natural y espontáneo.

Por ello, situándose en el primer disco que grabo con Congreso y con el Sello EMI ODEON, Hugo cuenta: Ese disco fue fruto de mucho trabajo, tedioso y exigente. En aquella época la tecnología era precaria, una canción se debía grabar completa y de forma continua. Por ello cuando uno se equivocaba significaba volver a comenzar todo de nuevo, no como hoy en día que se graba por etapas.

En esta época se presentaban constantemente en los circuitos universitarios, obteniendo una mediana popularidad en el ámbito nacional. Eran los años de la Nueva Canción Chilena, cuando muchos grupos juveniles buscaban respuesta para su identificación con lo nuestro. La mayoría (tal vez todos), eran partidarios del mensaje oral, panfletario. Los que poco después serían conocidos como “Congreso”, quisieron decir lo mismo, pero sin palabras, sólo con música.

A diferencia de los grupos que usaban la música para encerrar conceptos ideológicos, enfatizando el texto de sus canciones, los González de Quilpue tenían a la música como protagonista. Es posible que pensaran (con mucha razón), que la música permite expresarse plenamente al hombre y que es su respuesta al gran miedo primitivo, del Dios sin nombre ni rostro, que hace lógico todo lo inexplicable y enemigo.

Transcurre 1972, es un gran año para Congreso. Han tomado una actitud muy seria respecto a su responsabilidad en la música. Estudian en la Universidad. La juventud de ese tiempo se sentía plenamente identificada por Congreso. Es un hecho notable la gran alteración que han sufrido el carácter y las actitudes de la generación jóven, son muchachos diferentes, no tan dósiles como en otros tiempos, plantean su pensamiento donde otros no se atrevieron a hacerlo antes. Se apartan con disgusto de una cultura a la que otros rindieron pleitesía. Congreso era joven y estaba con los jóvenes.

Editan su cuarto disco single llamado Entre la Gente Sencilla / El Oportunista (EMl ODEON).

En aquel entonces realizan un masivo recital en Quilpué, donde incorporan un coro de niños interpretando temas del grupo.



Con 17 años de edad Tilo González postula al primer trabajo estable como músico. Se batió a duelo musical con un baterista experimentado y mayor. Venció con visible remordimiento.



Tilo: Mi primer ‘contrato’ fue en la discoteca Topsy de Viña del Mar. Tocaba con Toto, un organista brasilero. Postulamos dos bateristas pero quedé yo. Me dio ‘pena’ porque él tenía hijos, aunque yo también tenía una familia y no estaba mi padre. Era un trabajo de noche y de todas las noches que me habría mantenido feliz si me hubiesen gustado las luces y los excesos. Pero andaba en otra. Ya estaba haciendo algunas cositas de música más para el lado de los Congreso.

Inscrito en Arquitectura de la Universidad de Valparaíso inició la educación superior. Se debatió a gusto por tres años con cátedras de arte, matemáticas y la manufactura de maquetas hasta que el golpe de estado de 1973. A la par hacía música, y es de esa etapa de donde se arraiga su filosofía de artista.

Los Caminos que se Abren

Alvaro Godoy, en La Bicicleta nos relata: Llega el año 1973. En el verano de ese año actúan en el Festival y Feria de Artesanía en la Quinta Vergara ante un numeroso público llamado “Los Caminos que se Abren”.


Raúl Suau: La jornada había sido memorable, entre el ajetreo de la organización y el cubrir algunos imprevistos no me había dejado tiempo para mentalizarme y prepararme para la entrevista, y ahora tenia que subir a un escenario cargado por una energía especial que habían dejado a su paso los integrantes de los Blops y antes Antonio Smith, Los Macs y Los Vidrios Quebrados.



Alvaro Godoy: El año 73 se reúnen en la Quinta Vergara de Viña del Mar por primera y única vez tres grandes grupos que abrieron una veta musical y forjaron un estilo: Los Jaivas, Los Blops y Congreso. Ese recital se llamó Los Caminos que se Abren (nombre de un tema de Los Jaivas) y aunque nunca más volvieron a encontrarse en un escenario, dio pie para que se los identificara como los grupos líderes de un gran movimiento de renovación musical ligado a la juventud jipi chilena.

Alvaro Godoy: Ese mismo año el movimiento de la Nueva Canción Chilena se encontraba en su apogeo con grupos como Inti Illimani, Quilapayún o Amerindios. Estos, al igual que los anteriores, heredaban del legado de Violeta Parra la riqueza de la música chilena y latinoamericana. Buscaban un sonido nuevo y anclado en lo nuestro y una temática más profunda y auténtica que la de la canción comercial. Sin embargo, había algo que los diferenciaba notablemente. La Nueva Canción Chilena veía en la música un medio noble para expresar sus concepciones ideológicas y, por lo mismo, su hincapié estaba en el texto de las canciones. En cambio, Los Jaivas, Congreso y en menor medida Los Blops, se perfilaban más como grupos instrumentales que vocales, la música era para ellos la protagonista.



Alvaro Godoy: No se trata de que no tuvieran nada que decir, muy por el contrario. Sólo éstas existían y su mensaje también era diferente. En un tiempo tan convulsionado como aquél planteaban: ¿para qué vivir tan separados si la tierra es una sola no más?, mientras otro explicaba que era porque cada uno estaba aferrado a sus dioses, producto de toda una historia y según ellos ordenaban sus vidas. La paz, la vuelta a los orígenes, el amor por la tierra y la naturaleza de las cosas, la denuncia de un mundo ideologizado, materialista y mecanizado, eran los temas de su protesta y de sus propuestas. Para Los Jaivas y Congreso, por ejemplo, el mundo indígena es muy importante. Está presente en su música y en sus denuncias de un colonialismo criollo plenamente vigente. El indio para ellos no es sólo el símbolo de nuestras raíces, algo así como una estatua a la cual coronar una vez al año. Es antes que nada una raza viva que ha sabido mantener su amor por la tierra y lo primigenio a pesar del progreso demoledor y falsos valores.

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