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sábado, 30 de agosto de 2008

Capítulo 8: Los Años '90 y las Giras por el Extranjero

Los años '90 traerían a Congreso una serie de giras a Europa, México y Estados Unidos pero, a la vez, un cierto estancamiento para los altos nieveles de creatividad que la banda había mostrado hasta inicios de la década.

El año 1993, realizan una gira nacional y hacen actuaciones en París, en el mes de Mayo en el Teatro Chatèlet y una gira a los EEUU.




Raúl Aliaga: Yo entré el año 90 al Congreso, fui por una votación designada para reemplazar a mi compañero y camarada percusionista Ricardo Vivanco. En realidad yo entré justo en una etapa en que El Congreso por primera vez había hecho ya un concierto en Canada, y llegué a cosechar todo lo que habían sembrado estas generaciones que venían trabajando desde el mejor año 1969. Fue antes de la primera gira a Europa que fue a la Expo Sevilla en 1992. Yo había tenido la suerte de ir a grabar a Europa con un músico chileno llamado Sebastián Santa María, y cuando fuimos a la Expo Sevilla realmente nos dimos cuenta de la dimensión del éxito de Congreso con este público, nadie conocía la música de Congreso en España. Empezamos a viajar y cada vez que lo hacíamos hemos estado en diversos lugares, con diversas personas con una diversidad de fuentes y de emociones. Transversalmente hablando entre los estratos socio culturales altos de países como México, EEUU, en general ha sido unánime el éxito de Congreso.

Raúl Aliaga: Congreso tiene algo en la música, una expresión emotiva que se transmite más allá del idioma, a través de la música. En New Orleans por ejemplo, en una de las últimas giras que hicimos a EEUU, tocamos con un 80% de gente afro americana. Y fue impactante la reacción de la gente porque se pararon arriba de las butacas, bailaron, gozaron y pro primera vez escuchaban la música. Los mismo en Chiapas, tocando en la plaza del pueblo, nos habían comentado que por lo general la gran mayoría de pueblo era indígena y el ayuntamiento (municipalidad) siempre les hace show y nunca los indígenas se quedan a ver nada. En este caso, (existe el registro), se quedaron desde el principio hasta el final, en una plaza repleta de gente que en su mayoría eran indígenas.

1994 y los 25 Años de Trayectoria

Dedicados a sus oficios musicales por separado, los integrantes de la banda bajan durante un tiempo la intensidad de su creación conjunta hasta 1994, cuando, a través de Congreso 25 años de música (un álbum en vivo, con invitados como Inti-Illimani, el argentino León Gieco y ex integrantes del grupo), repasaron su historia.

CONGRESO participa en el Festival Internacional de las Artes en San José de Costa Rica y se presentan en el Memorial de Sao Paulo, Brasil.

La buena noticia de ese año, es que su antigua casa discográfica la EMI, los llama y firman un nuevo contrato con la EMI ODEÓN chilena, un notable reconocimiento a una trayectoria de un cuarto de siglo.



En este contexto, editan un álbum en vivo llamado "Congreso: 25 Años de Música" (EMI ODEÓN), con la participación de artistas como León Giecco, INTI-ILLIMANI, Isabel Parra y Eduardo Gatti, entre otros.Gira Nacional.

En el año 1995, realizan tres conciertos en Nueva York en Marzo y fraguan lo que sería si siguiente trabajo largaduración. La idea de Tilo era volver a la simpleza de los primeron años y al formato canción.



La acumulación de temas compuestos en esos años, se materializan en la edición del álbum "Por Amor al Viento" (EMI ODEÓN), con el que se consagran como el Grupo de Rock con mejor Trayectoria Musical, distinción entregada por el Ministerio de Educación de Chile. Reciben importantes apoyos, tales como que son seleccionados por la prestigiosa compañía de micrófonos SHURE para que el grupo auspicie sus productos en Chile.

En 1996, realizan la presentaciones del último álbum Por Amor al Viento y hacen una gira de Norte-Sur. A esto suman presentaciones en universidades del sur del país.

Participan en el Festival Internacional de las Artes en Bolivia y en el Festival Latinoamericano en Arica, Chile.

El año 1996 graban un especial de TV para el programa "La Sociedad de los Músicos Vivos" del Canal Rock & Pop. En una entrevista para la ocasión nos cuentan:

¿Cuáles son los planes de Congreso por estos días?


Pancho: Vamos a tener una serie de actuaciones en Santiago, después nos vamos al sur a tocar en Temuco y Los Angeles, en Septiembre volvemos a Santiago, algo en Valparaíso y después nos vamos en Octubre a Bolivia, una gira por 10 días que va a transcurrir en la Paz y otras ciudades del interior de Bolivia. Es muy raro que estemos tres días en un lugar. Ahora hacemos excepcionalmente en la sala SCD tres conciertos porque se presta, tiene una buena acústica y la gente llega y siempre nos ha ido bastante bien aquí. Arriba del escenario se ven muy amigos en la vida real.




¿Se juntan semanalmente a ensayar, tienen un ritmo profesionalmente riguroso?

Pancho: Hay un rito riguroso cuando hay una producción ad portas donde hay que preparar un disco o un gran recital. Otras veces nos juntamos una vez por semana o cada diez días, pero en época de producción estaos ensayando constantemente unas 3 veces por semana.
Después de hacer canciones antiguas como el Hijo del Sol Luminoso, En todas las Esquinas, que ya las han tocado tantas veces.


¿Se necesita volver a ensayar o compenetrarse o ya sale espontáneamente?


Pancho: Yo creo que sale bien pero tiene la frescura de cómo hacerlo la primera vez. Los temas clásicos y que la gente se los sabe a uno le da como la idea que la canta de nuevo y la recrea de nuevo (y esa es la gracia que tiene la música), siempre hay un giro nuevo, compases más lentos o más rápidos. Se va adornando y eso va a depender de la energía que tu dispares con el público y la que te dispare el público. Por ejemplo en la cuecas antiguas que cantamos como el Dónde estarás? que se grabó en 1974, pero es del año 1973 y la otra es Los Elementos que se grabó en 1977.

La sala SCD ¿implica un cambio en la forma de hacer la música?

Pancho: No de hacer la música, pero sí de interpretarla. Cuando tú te paras ahí estás muy cerca del público, hay que calibrar muy bien (hay que agradecerle a Jorge Abarca que es nuestro ingeniero de sonido) el como va a salir ese sonido a la sala. No puedes tocar tan fuerte, hay que manejar la emoción y la energía musical, la fuerza que tu llevas. Sin embargo, es muy rico en otros sentidos porque tu ves al público, ves sus rostros, ves sus bostezos o te hacen reír, los besos de la gente que está en la platea. Hay que adecuarse al recinto retirándose un poquitito para atrás. Por ahí me pasó que se cortó un micrófono, tuve que cambiar y seguir cantando. Es una sala que ya es una tradición en espectáculos Santiaguinos y Chilenos en general, un lugar de selección.

Se divierten arriba del escenario…

Pancho: Si. Cuando una tiene esta edad y lleva 27 años haciendo música yo creo que uno tiene que ir a reírse, ir a divertirse sin chacrear un espectáculo. Pero tu tienes que estar feliz con lo que estás haciendo, yo creo que eso el público lo siente y lo ve. Nosotros nos emocionamos con las cosas que estamos haciendo y somos capaces de agarrar papa, felicidad, volarnos exclusivamente con la música. Es una energía de otro tipo. Arriba de escenario yo las revuelvo más con el Hugo Pirovic, somos de la misma edad y vivimos en Viña, pero también con Raúl Aliaga que es uno de los más nuevos, nos reímos y las tallas son muy filudas o pesadas.



En 1997 el grupo consolida por fin su proyección internacional, contemplando sobre todo el circuito universitario norteamericano y escenarios de la llamada "música del mundo". Allí se ganó Congreso un nuevo espacio, que siguió explorando durante muchos años. En esa línea registraron nuevos originales de 1997: Por amor al viento y Mediodía (Iris Music). El primero fue editado en forma independiente, debido a la mala relación que para entonces la banda había desarrollado con las casas discográficas, y en un ejercicio que sin embargo tampoco trajo gran impacto masivo. Mediodía, en tanto, incluyó tomas en vivo para algunas de sus canciones más fuertes .


Aquel año, CONGRESO da la bienvenida al "Barco de la Esperanza" Nipon Maru que viajaba desde Japón con más de 800 estudiantes de todo el mundo, con un concierto en el Muelle de Valparaíso, ante unas 10.000 personas.


Participa en el encuentro de las Juventudes Universitarias del MERCOSUR, en el Teatro Municipal de Viña del Mar y en el disco por la Defensa del Medio Ambiente "El Bío-bío Sigue Cantando".

En el mes de Septiembre de ese año, actúan en el Encuentro de Cooperación Internacional realizado en Chile y en la Cumbre de Ministros de Hacienda, hito bastante extraño para un grupo como Congreso ajeno a todo ese mundo Financiero de de esferas de poder, y tan en contacto con a gente común. Probablemente se trataba de que el grupo mantenía una buena relación con los gobernantes de turno y era considerado por ellos para este tipo de ocasiones. Un apoyo necesario de tener ante el escaso aporte de los sellos discográficos, pero que carecía de valor y aporte en el lado artístico. Extraña dualidad la de Congreso, un grupo tan indentificado con la gente más débil y poco notada, la que los acompañaría en los años siguientes. En este marco, crean e interpretan la "Cantata de Los Poetas de Chile", donde de esboza un tema basado en el Farewell de Neruda.

Los años 1998 - 1999 - 2000. Hacia el Fin del Siglo


Llegado el año 1998, el grupo sufre una nueva baja: Patricio González, uno de los tres hermanos y miembro fundador del grupo se retira a sus actividades musicales personales. Para darle un nuevo aire revitalizador al grupo, Tilo recluta a un músico con amplia trayectoria en Chile y líder de una de las más importantes agrupaciones de folckore progresivo, el grupo HUARA. Desde esta grupo llega a engrosar la filas de Congresales Claudio "Pajarito" Araya, multi instrumentista de excepción y compositor.



Con estos cambios de personal y luego de lanzar la placa "Medio Día", salen a una gira por Estados Unidos y participan en la Expo Lisboa en Portugal "31 años contra el olvido". En aquella gira a europa, pasan por Alemania y hacen presentaciones en la ciudad de Colonia, donde la revista Matices en su número 27, Herbst 2000, Gabriel González y Ana Lorena Gómez aprovecharon la oportunidad para hablar con Pancho Sazo. Nos relatan:

MATICES: Escuché vuestra música ayer por primera vez. Mi impresión directa fue de encontrarme con una fusión de pasado y presente y todo junto llega a formarse a ser un mensaje contra el olvido y por el recuerdo. No sé si me equivoco.

Pancho: Para nada. Yo creo que es el mejor diagnóstico que tu has podido haber hecho, o sea de alguien que ha escuchado por primera vez el «Congreso». Primero porque nosotros cumplimos este año 31 años de actividad artística y es justamente eso. Los temas que tu escuchabas por ejemplo hay cosas que recuerdan canciones que nosotros escribimos allá por los años 70, que era otro mundo otra efervescencia y cosas de hoy día que tienen que ver ya con los recuerdos personales, los viajes internos, los encuentros con las personas, los besos que se te olvidó dar o que diste mal. En fin, lo que llaman algunos poetas populares en Chile: los tatuajes que tu llevas en el corazón. Y si tu captaste eso, es una maravilla, porque eso es un poco el «Congreso»: una reunión, una fusión como esos ponchos multicolores que hay en América Latina porque una lana no basta, digamos de varios pedazos.

MATICES: El tiempo es un elemento muy importante en vuestra música.

Pancho: Sí. Muy importante. En América Latina tenemos mala memoria. Nosotros partimos generalmente - históricamente hablando - de la conquista que es muy importante, claro, luego las colonias las saltamos que son como 300 años, la vida después de la independencia es como muchos bustos de bronce y gente a caballo que quedó petrificada, y otras cosas. Y después una modernidad, en la que nos encontramos como te diría yo, como atrapados, agarrados en lo que está sucediendo afuera. Son países como de restos de naufragio. Entonces son como esos pequeños gatos monteses que tratan de saltarle a un toro, diría el mundo, y a veces lo agarraba y otras veces el toro sigue con el gato y se lo lleva.... No sé si me explico (se ríe). Es un gato chico, muy picante y claro se cree que agarró el toro pero hombre, se lo lleva, claro. Entonces yo creo que es eso y juega mucho en contra, y además está la sensación de la edad nuestra también, basta verlo en los textos. No es lo mismo cuando uno cree que la vida es la esperanza misma, a cuando uno mismo tiene ya la edad de la medianía, entonces uno empieza a mirar las cosas con un cierto saborcito...

MATICES: ¿Ahora los chilenos «en general» tienen también una relación especial con el tiempo, con el pasado?

Pancho: Sí, sí. Pero creo que es toda América Latina, no creo que sean solo los chilenos. Primero porque estamos más al sur, pero hay un tiempo mítico que se reinventa cada vez y también hay un tiempo político y un tiempo social que te afecta y te marca. Mi generación por ejemplo yo tengo 48 años hablamos siempre de antes de la dictadura y después de la dictadura como un tajo o un guillotinazo que te han dado en la mitad de tu vida. De ello habla también un poco el libro de Ulli Simon (véase MATICES Nr. 20. la Redacción).

MATICES: Vosotros siempre os quedasteís en el país...

Pancho: Sí. Las dictaduras suponen que tienen censura, pero ustedes lo vieron en los tiempos de Franco, la dictadura es una mierda, no funciona, es la autocensura lo más terrible. Que tú antes de escribir o antes de decir algo tienes una responsabilidad no con tu propia vida que te puede importar o no, sino con aquel tipo que te va a ver que además tienes que cuidarlo y tienes que aguardarlo, porque tu puedes incendiar todo un teatro... pero afuera te están esperando. Por ese lado «Congreso» se fue cimentando junto con otros grupos, con otros movimientos teatrales y en Chile nos han tenido mucho cariño por eso, porque consideraban a esos tipos que se quedaron. Nos quedamos en fin porque éramos muy pobres para podernos salir y por el otro lado yo creo que fue la mejor cosa de haberse quedado.

MATICES: ¿Cómo te ves dentro de un grupo con tantos instrumentistas? En total sois ocho.
Pancho: Yo soy un instrumento más. En otros grupos dicen «Yo soy el cantante del grupo». Yo no. Yo pongo las letras. Claro, me dan ganas de saltar de repente y de hacer un pequeño circo. Hay momentos en que me pongo a cantar como si fuera un instrumento más, una línea más, que está complementado por otros y después me tengo que retirar y entra otro solista. Por eso se llama «Congreso», porque es la idea de que cada uno tiene su espacio, su piso para decirlo así.


MATICES: Hay pocos grupos que pueden disfrutar de una historia de 31 años. Hubo muchos cambios entonces. ¿En vuestro grupo como se percibieron esos cambios de generaciones?

Pancho: Mira, yo creo que somos amigos principalmente. Te voy a dar un caso: Hubo un cantante que tuvimos que se llama Joe Vasconcellos, es un gran músico en estos momentos nacional e internacional, un tipo genial. Cantó en el grupo. «Congreso» en estos momentos podría estar vendiendo miles y millones de copias como está vendiendo ahora en estos momentos Joe Vasconcellos. Pero seguimos siendo amigos. «Congreso» partió con tres hermanos que eran Sergio González, su hermano Fernando y su hermano Patricio. Patricio se retiró hace dos años. Toca chelo en la filarmónica de Viña del Mar. Y Fernando hace música comercial por ejemplo para televisión porque ya es abuelo que sé yo. Pero partió como cosa familiar. Tocaba un cuñado de ellos el bajo y yo era el villano invitado al principio. Tocábamos en un garaje. Y el grupo conservó esos lazos. Por el grupo han pasado como 25 personas. Nos vemos, nos saludamos, nos conocemos, nos queremos, primero tenemos que ser muy amigos. Porque esto es bien raro. Cada grupo tiene como un humor especial, un talante especial y tu convives de repente en lugares que son una maravilla. Pero también existía otra cosa. Tocábamos en clubs de Jazz de cuartas y al día siguiente en una Universidad. O sea el espectro emocional que hemos vivido en conjunto es realmente trascendental para cada uno.



Congreso ese año en Alemania:De izquierda a derecha (Foto gentileza Jaime Atenas. Colonia, Alemania, 2000):Jorge Campos, Hugo Pirovich, Claudio Araya, Francisco Sazo,Raul Aliaga, Sergio "Tilo" González, Jaime Vivanco, Jaime Atenas.

MATICES: Vosotros hacéis muchas referencias a los pueblos indígenas de Chile. ¿Cómo reacciona el público en el extranjero? ¿Les llega la idea?

Pancho: Ojalá les llegara! Mira, el racismo se nutre de repente de que yo soy el pueblo elegido o yo soy el ombligo del mundo, y todos los pueblos se creen lo mismo. Somos los mestizos del mundo, o sea la mezcla de todas las mezclas, si tu quieres es la positiva de la mejor mezcla. Por nosotros corren todas las sangres del mundo, es una maravilla. No sólo de un punto de vista genético, sino cultural. En Chile por ejemplo cuando nosotros hicimos el ballet «Los fuegos de hielo» no les cayó muy bien, incluso en España hubo alguna gente que se enojó. Pero lo que sale es que eran los chilenos los que terminaron con las etnias, algunos todavía en los años 30. Entonces hay que reconocer - como dice Octavio Paz - al indio, a las canciones nacionales, a la música, al arte,... En todo caso hay que ver ¿cuál es el trato que reciben? ¿Tienen tierra? No tienen. ¿Tienen salud? No tienen. Tienen nada más que el sentido peyorativo, entonces ¿de dónde?

Pancho: A mi me encantaría que la gente - como aquí en Alemania por ejemplo - reaccionara bien acerca de su minorías. Por ejemplo con los frisos. ¿Qué son los frisos acá? Material para los chistes. ¿Quienes son los franceses respecto a los corsos? ¿Qué son los flamencos respecto a los valones? Esto es un estallido, un avispero. Hay por un lado esta tendencia a una Europa unida que me parece extraordinario, ojalá nosotros tuviéramos una América Latina unida, pero falta un respeto a la gente que es diferente. Y esto no va sólo por los derechos de los homosexuales, derechos de los niños, va por el derecho de las minorías.

MATICES: Y ¿cómo está respecto a esto la conciencia en Chile?

Pancho: De a poco. Porque por el otro lado ahí está la trampa de que son chilenos. Entonces tampoco puede haber algo especial de decir «no». Existe un estatuto por las indígenas donde están agrupadas las etnias principales. Pero vale poco. Tenemos como 10 años de democracia, entre comillas. Pero hay pueblos que ya están tomando conciencia y hay peleas más o menos fuertes por tierras, por ciertas represas. Entonces está ese tironeo entre modernidad, que unos creen es mejor tirar la casa por la ventana y por el otro lado está este vivir acuerdo a como tu quieras. Que también es un derecho.

MATICES: ¿Pensáis que podéis transportar estas ideas en vuestra música?

Pancho: No, no. Esto es para gente de buena voluntad. Yo creo que la música produce un afecto sonoro, ahora si te hace mejor esa música ¡qué bueno! Hay gente que le gusta la música tecno o la de Travolta, no hay límites. Ahora si alguien hay más fino, tú puedes leer estas cosas. ¡Mejor! Pero no hay esta especie así como aquí llegaron los abanderados, les traemos estas cosas para que ustedes las dijeran y cambien. No. Es para gente de buena voluntad. La música tiene esa facilidad. Ahora es el arte para mi más completo porque aunque tú no quieras penetra, en el mejor sentido de la palabra. Tendrías que taparte los oídos sino. Entonces si alguien es más sensible ¡qué bueno! Uno tiene que hacer lo que tiene que hacer y el espectador tiene que poner también su parte. Porque a mi no me gusta esto de que te lleven de la manita, no... A mi lo importante es eso: que te sirva un verso, fíjate, para envolver un pescado qué sé yo, para que tu novia te sonría.A veces es raro porque yo me he encontrado con gente donde a veces las canciones les han servido, hay otros que los han bailado, muchos vienen a vernos no para escuchar a «Congreso» sino para recordar un trocito de Chile.

MATICES: ¿Qué os desearíais para la sociedad chilena respecto a la conciencia, al recuerdo hacia los pueblos etc.?

Pancho: Que no olviden. Que no olvidemos las raíces. Nuestras raíces son múltiples: del barco, de los aviones... Somos países de emigrantes y lo peor para un emigrante es ponerse racista. Tenemos mucho espacio en nuestro país, son territorios inmensos. Todavía puede llegar más gente. (Se ríe). Nosotros nos criamos asaltando barcos, y así no, así todo el pueblo se va a la mierda. Entonces se nos tiene que quitar lo pirata, que seamos serios pero en buena onda. Que venga todo el mundo y nos lo pasamos bien. Let it be.

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